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Sí, se llaman corazas y un puñado abre la piel.

Diminutos cortes, casi no sangran, podrías decir que es sudor.

-Sí, son como jaulas.

-Sí, duelen.

Abre el puño y todas se quedan clavadas en las líneas.

– sacude.

Siempre las palmas demasiado rojas.

– como iracundas.

No, no perdona.

En el torbellino (que no línea) entre

la vida de la muerte, si no es que son lo mismo.

Tú.

Tú exilio, tú exilio, tú exilio.

Sonriendo desde ahí. Por lo que sea que haya,

ahí.

Casi fueron,

casi.

Un suspiro

una chaqueta interrumpida

un abrir y cerrar de ojos

– son más.

Ora con el copyright del infierno en la mano.

Ora con un corazón en vías de extinción.

Da mucho lo mismo porque en las corazas

las paredes son aceite.

Huele a pescado y encierro

igual que la cala de algún barco.

Solo en el centro hay centellas congeladas

al momento de ser encendidas;

es un sitio sofocante.

Se puede escribir disparatadamente,

escribir de dolor,

escribir de te fuiste con un send,

con un dos puntos y cierra paréntesis

y la palabra anaconda

en una insinuación de antojo.

Se puso todo y te quitaste.

Como se quita un dulce a un niño,

o jugar a las manitas calientes.

Así;

como arrancarse una cana.

Y ningún pretexto

arregla

el iceberg fría dinamita

encuentro

con el que estoy tratando

de cortar el aire.

Sra Xoc

#ergonorima

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