Hace muchos años que no tengo un “deja vu” geográfico.
Llegar a un espacio, palparlo, sabiendo que ya lo has habitado en todos sus cuerpos, más sin embargo percibir que no ha sido en ésta línea del tiempo.
Lo más exquisito fue que sucedió mientras Godnoom interpretaba piezas de Moondog, un eco sonoro de tierras lejanas que sé también me han sido hogar aunque no recuerde justo, su geografía.
Moondog fue un músico, compositor, teórico musical, poeta e inventor de instrumentos musicales estadounidense. Desde finales de la década de 1940 hasta 1972, vivió en la ciudad de Nueva York, dónde podía ser fácilmente localizado en la Sexta Avenida vistiendo túnica y yelmo de estilo vikingo. Su prolífica obra se inspiró en gran medida por la música nativa americana, la música clásica y el jazz. Sus piezas y arreglos, fuertemente rítmicos y contrapuntísticos, influyeron en numerosos músicos y compositores posteriores.
Godnoom es un ensamble compuesto por Deborah Silberer en el acordeón y piano, Roberto Tercero en el saxofón y clarinete, Odiseo Reyes en la flauta y guitarra, Victor Castillo en la batería, Alejandro Tux en la electrónica y todos en la voz.
La vida, ese asombro.